Confundido saltarás. Y cuando la suspensión de tu cuerpo pareciera alcanzar su límite, notarás repentinamente lo siguiente. No solo un remolino de emociones emergerá desde tus entrañas para acelerarte, sino que la corriente fresca, al igual como lo hiciera un gran rugido, intentará alejarte del suelo con un leve impulso. Y solo en aquel segundo te estremecerás. Sensaciones soñadas revolotearán en tu cabeza al instante. Comenzarás a abrazar al viento que envolverá ahora tus extremidades, el mismo viento que irá escurriéndose por entre tus ropajes y los agitará una y otra vez enloquecido. Cada rincón vació será cubierto. Por entre tus dedos, rodeando tu cuello, alborotando tu cabello, revolviendo tu estómago. Qué sensación. Volarás. Te darás cuenta ahora de la distancia alcanzada desde que pisabas la tierra hace unos momentos. Y solo la emoción de seguir sumiéndote en la ansiada inmensidad distraerá tus dudas. Y seguirás adelante. Y continuarás soñando. Por que desde las alturas percibirás más de lo que se te ha permitido ver alguna vez. Lo atesorarás. Y podrás luego, al descender, amar más que nunca tu vida; todo lo que te pertenece y todo lo que has recordado. Más tarde, cuando vuelvas a pisar con ambos pies la tierra sentirás la libertad del suelo. Será tu oportunidad de poder regresar a lo anterior con nuevas perspectivas. ¿Y cómo pretender amar tanto algo sin antes haber tenido un cambio, un encuentro o una ausencia misma? Y volverás a alejarte tu mismo para regresar cada vez. Y por muy doloroso que sea te prepararás a saltar nuevamente al vació, tomando el riesgo de que en el próximo vuelo te enamores de algún detalle en la distancia. Y pensarás en el cielo y en la tierra, turnando el uno con la otra, y cambiarás y regresarás, y nuevamente llorarás por su ausencia. Pero ya no estará más. Te levantarás, continuarás, y volverás a hacerlo. ¡Salta!
Crítica: Acid Witch - Witchtanic Hellucinations
Hace 3 años.