La respuesta es positiva. Sí, eres buena. Muchos lo sabemos. Muchos te apreciamos. Pocos nos damos cuenta de las energías deseosas que tienes por un baño de helado de chocolate. Rico. Por que los helados y los chocolates son sueños. ¿Lo sabías, no? ¿Los recuerdas aún a diario? Si me dijeras que “no”, tendrías que buscar la manera terrenal de traerlos de vuelta aquí, de alguna forma, quizás con el auto estacionado en Brasil, el cual podríamos enchular y ponerle alas. Pero no sé. Complicado. Además sabes volar. Solo te falta la gasolina suficiente para hacerlo. Entonces préndete con lo que te sea necesario. ¿Pero qué será? Recuerda, proyecta, acepta y supera. Bien. Si me dijeras que “sí”, pues solo te diría lo mismo: que vueles no para siempre, sino hasta el final. Hermosas palabras. Inolvidables. Sí. ¿No? ¿Cuál es el problema? El camino es precioso, doloroso, mortificador y enriquecedor. Entonces tendrías muchos ingredientes con los que preparar nuevos alimentos. Van y vienen, sí. A veces las cosas en la vida aceleran el paso y se detienen en medio de un precipicio para dejarte caer solo. Pero no siempre. Otras, simplemente te acompañan silenciosas, como la torrencial lluvia que se hace notar en forma de gota cada unas cuantas semanas. Simple, pero significativo. Y los helados y los chocolates son más que eso.
Qué locos días. Nos asustan. Crecemos con ellos, luego los hacemos crecer y finalmente nos terminan matando. Pero tú y yo sabemos un secreto top top. Sí, pues resulta que hay una manera de lograr derrumbarla. Knock knock. Tú la tienes, la ilusión. Aquellos métodos más salvadores del planeta y muchas otras artimañas que crearás como gran creadora que eres. Por que resplandecen los destellos en tu sonrisa y soplan fuertes los vientos de tu boca. Todos lo notan. Por que no te detendrás a mirar lo que sucede en tu vida y harás algo por ella cada vez que lo permitas. Pocos lo saben. La sencillez de tus acciones, de tu asombro y de tu apoyo han quedado confirmados cierta vez, plasmados en un cielo estrellado por un astro fugaz que pasó sobre nuestras cabezas, aun cuando nos digan que el cielo es demasiado amplio. Sí, pasó para nosotros aquella noche. No lo dudo. Tampoco tú.
Y he aquí el asunto. He apostado con la luna que existías. No me creía para nada. Tan altanera, y aún sin saberlo es musa de infinitos relatos y poemas. Pero es la luz de luna. Después de todo simboliza grandes cosas. Sueños. Pero en fin. No me creía que existías, repito. Cuando le hablé de la dorada niña de cabellos oscuros se sorprendió. Comenzó a reírse y sin esperar momento alguno me desafió. Sí, lo hizo. Me dijo que comprobaría que no existías. Me dijo que comprobaría que existían muchos entes semejantes a tu persona. Me dijo que no había gran diferencia entre ellas. Me dijo que podía revelar, sin necesidad de buscar, a la persona de la que tanto le he hablado. Ya sabes, esos seis, siete u ocho sentidos que posee le dan la habilidad global. Abarca todo. Pero hace tres días que ha comenzado su búsqueda y no hay respuesta. Sé que no te encontrará. Nunca. Por que a simple vista no se descubre todo lo que llevas oculto dentro. Por que es más que gestos y palabras. Es más que máscaras y mentiras. Son momentos y sensaciones dulces y amargas.
Buscará y buscará su luz de luna sin éxito, entre las tantas personas en su mente sin darse cuenta que eres solo una. Fracasará y la llevaré una noche, mientras duermes, hacia tu ventana para que pueda conocerte. Se alarmará. Me sentiré satisfecho por eso. Primero por que comprobaré que la niña dorada de cabellos oscuros no está en otro lado que en el que debes estar ahora tú. Solo ese. Y segundo por que el premio por el fracaso de su luz de luna será un deseo previamente establecido. ¿Y sabes? Lo genial es que no hay problema si se cuentan los deseos esta vez, por que es la luna, y no una estrella fugaz como esa vez. ¿Entiendes? Así que tranquila. Por que cuando observes que el auto con alas llega frente a tu pieza para invitarte a volar sabrás que su luz de luna se ha cansado de buscarte. Y que, por ende, el deseo ya establecido se ha cumplido. Sí, por que quiero asegurarme de que si tu respuesta es un “no”, tengas la herramienta apropiada para continuar tu vuelo. Y claro, si se convierte en un “sí” o permanece como un “no”, tendrás el auto alado de ahí en adelante para fantasear con quien elegirás algún día de compañero. Sí, lo elegirás. Y volarás. Qué emoción saberlo. Por que se me olvidaba decirte que la luz de luna también ve el futuro…
Qué locos días. Nos asustan. Crecemos con ellos, luego los hacemos crecer y finalmente nos terminan matando. Pero tú y yo sabemos un secreto top top. Sí, pues resulta que hay una manera de lograr derrumbarla. Knock knock. Tú la tienes, la ilusión. Aquellos métodos más salvadores del planeta y muchas otras artimañas que crearás como gran creadora que eres. Por que resplandecen los destellos en tu sonrisa y soplan fuertes los vientos de tu boca. Todos lo notan. Por que no te detendrás a mirar lo que sucede en tu vida y harás algo por ella cada vez que lo permitas. Pocos lo saben. La sencillez de tus acciones, de tu asombro y de tu apoyo han quedado confirmados cierta vez, plasmados en un cielo estrellado por un astro fugaz que pasó sobre nuestras cabezas, aun cuando nos digan que el cielo es demasiado amplio. Sí, pasó para nosotros aquella noche. No lo dudo. Tampoco tú.
Y he aquí el asunto. He apostado con la luna que existías. No me creía para nada. Tan altanera, y aún sin saberlo es musa de infinitos relatos y poemas. Pero es la luz de luna. Después de todo simboliza grandes cosas. Sueños. Pero en fin. No me creía que existías, repito. Cuando le hablé de la dorada niña de cabellos oscuros se sorprendió. Comenzó a reírse y sin esperar momento alguno me desafió. Sí, lo hizo. Me dijo que comprobaría que no existías. Me dijo que comprobaría que existían muchos entes semejantes a tu persona. Me dijo que no había gran diferencia entre ellas. Me dijo que podía revelar, sin necesidad de buscar, a la persona de la que tanto le he hablado. Ya sabes, esos seis, siete u ocho sentidos que posee le dan la habilidad global. Abarca todo. Pero hace tres días que ha comenzado su búsqueda y no hay respuesta. Sé que no te encontrará. Nunca. Por que a simple vista no se descubre todo lo que llevas oculto dentro. Por que es más que gestos y palabras. Es más que máscaras y mentiras. Son momentos y sensaciones dulces y amargas.
Buscará y buscará su luz de luna sin éxito, entre las tantas personas en su mente sin darse cuenta que eres solo una. Fracasará y la llevaré una noche, mientras duermes, hacia tu ventana para que pueda conocerte. Se alarmará. Me sentiré satisfecho por eso. Primero por que comprobaré que la niña dorada de cabellos oscuros no está en otro lado que en el que debes estar ahora tú. Solo ese. Y segundo por que el premio por el fracaso de su luz de luna será un deseo previamente establecido. ¿Y sabes? Lo genial es que no hay problema si se cuentan los deseos esta vez, por que es la luna, y no una estrella fugaz como esa vez. ¿Entiendes? Así que tranquila. Por que cuando observes que el auto con alas llega frente a tu pieza para invitarte a volar sabrás que su luz de luna se ha cansado de buscarte. Y que, por ende, el deseo ya establecido se ha cumplido. Sí, por que quiero asegurarme de que si tu respuesta es un “no”, tengas la herramienta apropiada para continuar tu vuelo. Y claro, si se convierte en un “sí” o permanece como un “no”, tendrás el auto alado de ahí en adelante para fantasear con quien elegirás algún día de compañero. Sí, lo elegirás. Y volarás. Qué emoción saberlo. Por que se me olvidaba decirte que la luz de luna también ve el futuro…
Dedicada a una gran mujer y amiga; puta, bohemia, letrada y rebelde.
Para la dorada niña de cabellos oscuros. Una carta para un futuro desde un pasado.
Y la luna seguirá buscando quizás por cuanto tiempo. Y no puedo hablar de él. Es sorpresa.
Para la dorada niña de cabellos oscuros. Una carta para un futuro desde un pasado.
Y la luna seguirá buscando quizás por cuanto tiempo. Y no puedo hablar de él. Es sorpresa.